domingo, 26 de agosto de 2007

Bullying... matonaje escolar

Bullying

A fines de noviembre pasado, Pamela Pizarro, alumna de octavo básico del liceo Javiera Carrera de Iquique, ya no soportó más las constantes burlas y el acoso de sus compañeras de curso y se quitó la vida. La historia de esta adolescente de 13 años de edad conmovió a todo el país por su trágico desenlace. Sin embargo, no ha sido el último caso de “matonaje” escolar del que se tiene noticia.

Recientemente se conocieron dos videos subidos al sitio de Internet
www.youtube.com, en que se repiten este tipo de conductas de hostigamiento y maltrato entre estudiantes chilenos. Uno de ellos muestra la agresión a un alumno de un liceo de La Cisterna por parte de un grupo de compañeros y, en el otro, se observa una pelea entre dos escolares que termina con uno de ellos en el suelo, producto de una fuerte patada en la cara.

El Dr. Elías Arab López, psiquiatra de niños y adolescentes del Hospital Clínico Universidad de Chile, señala que el “matonaje” escolar -también conocido como “bullying”- se da cuando un alumno o un grupo más fuerte intimida y maltrata en forma repetida, de manera intencionada y a lo largo del tiempo a un compañero más débil e indefenso.

El especialista, quien trabaja en la Clínica Psiquiátrica Universitaria de la mencionada casa de estudios y es, además, miembro de la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia (SOPNIA), explica que para estar en presencia de “bullying” es necesario que exista abuso de poder -condición que es indispensable- y repetición en el tiempo del maltrato. “El individuo que es víctima no puede salir de esta dinámica abusiva”, especifica.

Agrega que el “matonaje” puede producirse mediante diversas conductas, tales como burlas, amenazas, intimidaciones, agresiones físicas, aislamiento sistemático, insultos, y agresiones a través de Internet o teléfonos celulares: una modalidad que en el último tiempo ha ido adquiriendo cada vez mayor presencia.

Razones del aumento


El “bullying” o “matonaje” escolar es un fenómeno que ha existido siempre, pero que en los últimos años parece ir en aumento.

En opinión del Dr. Arab, son varios los factores que explican este incremento. “Por una parte están los cambios socioculturales, donde la violencia es un fenómeno masivo que aparece diariamente en los medios de comunicación y que está influyendo en el comportamiento de los niños, haciendo que éstos se comporten de una forma más violenta”.

“La globalización, además de los aportes que ha significado para el desarrollo del hombre, también ha masificado hechos repudiables, que probablemente antes eran de carácter local. Así, hemos sido testigos directos de guerras, ataques terroristas, actos delictuales, etcétera”, añade.

El psiquiatra afirma que, de acuerdo a múltiples estudios, la violencia en los medios -televisión, Internet, videojuegos- se ha asociado al aumento de interacciones violentas entre los individuos, especialmente en los niños. Así, según estas investigaciones, los tres primeros efectos derivados de la observación de escenas violentas consisten en el aprendizaje de conductas agresivas, desensibilización frente a la violencia y temor a ser víctima de esta misma.

A su juicio, una de las principales diferencias que existe entre el “matonaje” escolar que tenía lugar en el pasado y el actual se relaciona con el uso de las nuevas tecnologías.

“Actualmente están tomando más fuerza las agresiones a través de teléfonos celulares, mensajes de texto y en Internet mediante el chat, correo electrónico, fotolog y, últimamente, subiendo videos al portal youtube”, comenta.

“La dificultad ante este fenómeno, conocido como ‘ciberbullying’, es que pasa mucho más inadvertido por los padres y profesores. Es de carácter anónimo, complejo de frenar, mucho más masivo y de difícil manejo. Por otro lado, como ocurre en un espacio virtual, los colegios no se hacen cargo y muchos padres ni siquiera se enteran. Al difundirse tan rápidamente y casi sin control, los efectos pueden ser aun más devastadores que cuando se produce directamente, donde resulta más fácil identificar a los involucrados”, agrega el especialista.

Las causas tras el “bullying”

El Dr. Elías Arab señala que las causas que explican este fenómeno son de carácter multifactorial. Por una parte, existen elementos socioculturales que inciden en este tipo de comportamiento. “Actualmente vivimos en una sociedad mucho más violenta, en la que se privilegian los logros económicos y el éxito, sin importar muchas veces el cómo se consiguen los objetivos”, argumenta.

A lo anterior se suma el hecho de que muchas veces existe, desde los colegios, una minimización del problema del maltrato entre los pares: “Se intenta entregar mensajes como: ‘es juego de niños’, ‘no debes hacerles caso’ o ‘debes ignorarlos’, y no se toma conciencia de que se trata de un problema que, según datos nacionales, involucra a cerca de un tercio de la población escolar adolescente”.

El entorno familiar, tanto de los agresores como de las víctimas, también juega un papel importante.

“En la familia de los individuos que actúan como agresores existen altos niveles de hostilidad, falta de acuerdos entre los padres y se utilizan muchas veces métodos autoritarios de disciplina, que resultan inconsistentes. Por otro lado, en las familias de los niños que son víctimas, se observan altos niveles de sobreprotección, con hijos dependientes y que tienen poca capacidad para resolver sus conflictos”, explica el profesional.

Perfil de víctimas y victimarios


En relación al perfil de los agresores, el Dr. Elías Arab señala que es más frecuente que éstos sean hombres, de condición física fuerte y con una serie de dimensiones de personalidad comunes. Sobre este último punto, indica que se trata de niños que por lo general establecen una dinámica relacional agresiva y violenta con aquellos que consideran débiles y cobardes; poseen un temperamento agresivo e impulsivo, y carecen de sentimientos de culpa y empatía hacia las víctimas. Además, se consideran líderes y se sinceros; son provocadores; son descritos como populares, y buscan reafirmarse frente a sus pares y alcanzar una posición superior.
En las mujeres el bullying se produce mas indirectamente a traves de la exclusión social o inventar o difundir rumores.

Este tipo de conducta -añade el psiquiatra- muchas veces coincide con el inicio del desarrollo puberal.

Las víctimas del “matonaje”, por su parte, por lo común comparten un aspecto físico débil. Se trata de menores que viven sus relaciones interpersonales con un alto grado de timidez -lo que en ocasiones les lleva al retraimiento y aislamiento social- y que muchas veces se alejan del promedio en cualquier dirección.

Con el tiempo, las víctimas también pueden llegar a transformarse en abusadores, según advierte el Dr. Arab, siempre y cuando no media una intervención, no es un camino del que no se pueda Salir.

Sobre las consecuencias de esta clase de comportamiento, el especialista explica que, en el caso de los agresores, por lo general los niños violentos tienden a seguir siendo abusadores cuando adultos. Además, pueden sufrir problemas en el trabajo y en la vida afectiva; ser personas abusadoras en el trabajo (“mobbing”) y en la casa; presentar trastornos de conducta (por ejemplo, conductas delictuales, abuso de alcohol y drogas, entre otras) y negligencia parental en la edad adulta.

Las víctimas, por su parte, sufren graves problemas emocionales, entre los cuales se pueden mencionar: depresión, ansiedad, trastornos del sueño, de la alimentación, desencadenante de anorexia o bulimia, abuso de alcohol o drogas, intentos suicidios y suicidio consumado. A esto se suma la presencia de trastornos psicosomáticos (múltiples quejas físicas sin causa identificable) y un importante grado de rechazo escolar.

“Las secuelas tienden a permanecer hasta la edad adulta, convirtiéndose en personas inseguras en el trabajo o que se pueden vuelven abusadores”, afirma.

Estar atentos…


Para el Dr. Elías Arab, tanto los agresores como las víctimas del “matonaje” escolar necesitan ser ayudados y requieren apoyo.

“Los padres deben estar atentos a lo que les sucede a sus hijos, escuchar sus peticiones de ayuda y no minimizar sus necesidades. Es necesario que sepan lo que hacen sus hijos, conozcan su fotolog y estén atentos a los mensajes que reciben por Internet o por celular”, aconseja. También puede existir disfunción en las familias de todos los involucrados, por lo que resulta indispensable realizar un trabajo terapéutico con ellos para mejorar los patrones relacionales alterados.

“El decir a los hijos que ignoren lo que pasa no soluciona el problema; éstos necesitan apoyo para poder resolver sus conflictos de manera adecuada. Cuando las dificultades son más intensas y se asocian a rechazo escolar, síntomas físicos o anímicos, se hace necesario consultar con un especialista”, subraya.

En cuanto a los establecimientos educacionales, el especialista señala que es fundamental que éstos tomen conciencia de la dimensión de este fenómeno y desarrollen planes efectivos para el control y manejo del problema. “No debemos esperar a que las cifras de suicidio escolar aumenten para tomar conciencia de la gravedad a la que puede llevar el bullying”, sostiene.

“Lo indispensable es que los testigos de la violencia no se transformen en meros espectadores de lo que sucede, sino que deben participar activamente para detener el matonaje. Entre estos testigos están los compañeros de curso, los padres, profesores, directores, el equipo de salud, las autoridades de gobierno, etcétera. Todos ellos deben estar involucrados en los planes de acción”, concluye.


RECUADRO 1:

Consecuencias de la violencia escolar:
  1. Los niños victimizados disfrutan menos ir a la escuela, tienen menos amigos y encuentran menos utilidad en lo aprendido.
  2. Los comportamientos disruptivos en la sala de clases dificultan el aprendizaje de todos los alumnos.
  3. La violencia escolar constituye un factor de riesgo para el desarrollo de conductas violentas y otros comportamientos de riesgo a largo plazo.

    Fuente: Dr. Elías Arab, psiquiatra Hospital Clínico Universidad de Chile.

RECUADRO 2:

Otros problemas de convivencia en los establecimientos educacionales
El psiquiatra Elías Arab afirma que es importante distinguir entre el “bullying” o “matonaje escolar” y otro tipo de problemas de convivencia en los establecimientos educativos. Entre estos últimos es posible mencionar:

  • Problemas de indisciplina: incumplimiento de reglas y normas de convivencia.
  • Conducta antisocial: indiferencia grave hacia las normas sociales, con ostentación y sin ningún sentimiento de culpa (robos, destrozo de mobiliario, etc.).
  • Conductas disruptivas: comportamientos molestos que suceden con impulsividad, falta de motivación y marginación del trabajo escolar (molestar e interrumpir).
  • Desinterés académico: comportamientos de apatía y desinterés (no prestar atención, dormirse en clases, etc.).